El archipiélago balear cuenta con dos denominaciones de origen: Binissalem y Pla i Llevant, las dos situadas en la isla de Mallorca. Tradicionalmente el vino mallorquín ha sido un producto apreciado, como demuestra el hecho de que en el siglo XIX se atribuyese a esta isla mayor producción vinícola que a la propia Rioja.

D.O. Binissalem

Casi en el centro geográfico de la isla de Mallorca, en un paisaje de suave relieve, aparece esta denominación de origen, pequeña en extensión pero muy interesante, ya que produce vinos de buena calidad. Cinco municipios componen la zona de producción, entre los que Binissalem es el más importante.

Las características del terreno, junto con un clima benigno, mediterráneo, de veranos secos y cálidos y suaves inviernos, permiten el desarrollo y maduración equilibrada de los frutos. Las variedades autóctonas son mantonegro y callet (tintas) y moll o prensal blanc (blancas), base de la viticultura tradicional.
Se autorizan también, aunque con restricciones, las tintas monastrell, tempranillo y cabernet sauvignon; y las blancas macabeo, chardonnay, parellada y moscatel. Entre los vinos de la zona son los de mantonegro los que más fama han alcanzado. No obstante, los rosados y blancos empiezan a sorprender por su calidad.

Los tintos deben estar elaborados al menos con un 50% de la variedad autóctona mantonegro (que representa más del 75% de la producción).
Y en el caso de los blancos con un mínimo del 70% de prensal, excepto los de tipo “muscat”, en los que este porcentaje corresponde a la variedad moscatel.

Recuperar el prestigio perdido

Durante la época de la dominación romana, al igual que en otras zonas del mar mediterráneo, se introdujeron en las Baleares el cultivo de la viña y la elaboración de vino.

Durante siglos la viticultura fue una de las actividades destacadas de la isla, pero en el siglo XIX la filoxera fulminó las viñas mallorquinas y desapareció así la principal fuente de riqueza de la isla. La vid fue sustituida principalmente por el almendro y hasta la primera mitad del siglo XX no empezó la repoblación de viñas, que se produjo lentamente.

En la década de los 60, el boom turístico en Mallorca significó un aumento considerable del consumo de vino en la isla. Para satisfacer la elevada demanda, en algunos casos se optó por la importación de vinos peninsulares de baja calidad que se comercializaban como mallorquines, lo que perjudicó enormemente el prestigio de los vinos de la isla.

Vinyes i Bodegues Miquel Oliver, Bodegues José L. Ferrer o Hereus de Ribas, la bodega más antigua de la D.O. (data de 1711), fueron algunos de los responsables del relanzamiento de la zona. Después de unos años de experimentar con vides foráneas se ha vuelto a las tradicionales trepat, callet o mantonegro.

La mayoría de bodegas se inscriben en una de las D.O. de la isla, pero también hay algunas bodegas que no están incluidas en ninguna de ellas y que comercializan sus vinos bajo el calificativo de “Vinos de mesa de Baleares”. Ése es el caso de nombres tan conocidos como Florianópolis, AN Negra o Finca Son Bordils, entre otros.

D.O. Pla i Llevant

Dieciocho municipios constituyen la zona de producción de esta D.O. –una de las más jóvenes de España (fue aprobada en 1999)– que, como su nombre indica, ocupa la parte central y oriental de la isla de Mallorca. Pese a su juventud, ha conseguido hacerse un hueco dentro del panorama vitivinícola español gracias a la calidad de vinos como Torrent Negre, de Vins Miquel Gelabert, una joven bodega familiar.

Esta denominación ha sido más permisiva en cuanto a la utilización de variedades foráneas que Binissalem.
La mayoría de las bodegas que hoy pertenecen a la denominación se crearon hace apenas diez años, a excepción de nombres como el de Jaume Mesquida, que empezó en 1945. A esta denominación también pertenecen Vins Miquel Gelabert, Vinyes i Bodegues Miquel Oliver o Vinyes i Bodegues Pere Seda.

Su clima responde a un clima mediterráneo típico, de inviernos moderadamente fríos y veranos largos y secos.
Las variedades autorizadas son las blancas moscatel, prensal blanc (moll), macabeo, parellada y chardonnay y las tintas callet, fogoneu, mantonegro, merlot, tempranillo, cabernet sauvignon y monastrell. Se elaboran vinos blancos, rosados, tintos, vinos de licor, vinos de aguja y espumosos.

Vinos De La Tierra

Además de las D.O. citadas, las Baleares acogen diferentes Indicaciones Geográficas de Vinos de la Tierra, que se refieren a zonas que han sido delimitadas teniendo en cuenta unas determinadas condiciones ambientales y de cultivo que puedan conferir a los vinos características específicas.

Illes Balears

Predominan los vinos tintos a partir de cabernet sauvignon, merlot y callet. Y en cuanto a los blancos, los monovarietales de chardonnay y moscatel, gozan de reconocida fama.

Isla de Menorca

Son vinos elaborados con las variedades blancas chardonnay, macabeo, malvasía, moscatel, parellada y moll, y con las tintas tempranillo, merlot, monastrell, syrah y cabernet sauvignon. Entre los tintos elaborados a partir de merlot y cabernet sauvignon son los más representativos.

Serra de Tramuntana–Costa nord

Su área de producción está integrada por 18 municipios situados al noroeste de la isla de Mallorca. Son vinos elaborados con las variedades blancas chardonnay, macabeo, malvasía, moscatel, parellada y moll, y con las tintas cabernet sauvignon, tempranillo, merlot, monastrell, syrah y merlot.

De los blancos destacan los monovarietales a partir de malvasía o de chardonnay. En cuanto a los tintos, los productores de la zona se han especializado en la elaboración de monovarietales a partir de cabernet sauvignon y merlot.

Ibiza

Se trata de vinos elaborados con las variedades tintas monastrell, tempranillo, merlot, cabernet sauvignon y syrah, y con las blancas macabeo, chardonnay, moscatel, parellada y malvasía.
Destacan los tintos elaborados con monastrell.

Bebidas Espirituosas

Para acompañar los postres baleares o incluso como aperitivo, las Baleares disponen de una extensa gama de licores tradicionales, entre los que destacan el palo de Mallorca, las hierbas mallorquinas, el gin de Menorca, las hierbas ibicencas y la frígola.

Palo de Mallorca

Palo es el nombre primitivo de la quina en España, planta originaria de América del Sur, que se dio a conocer en el siglo XVII en nuestro país por mediación de la condesa de Chinchón. Se trata de un licor viscoso de color negro, de aroma no muy intenso y sabor dulce, elaborado a partir de quina, genciana, azúcar caramelizado y alcohol etílico de origen vínico. No pueden emplearse en su elaboración aceites esenciales ni colorantes artificiales. Su zona de elaboración comprende toda la isla de Mallorca.

Hierbas de Mallorca

Bebida espirituosa anisada de color verde y graduación alcohólica entre 20 y 50°. Se obtiene de la destilación con plantas aromáticas.

Licor de hierbas de Ibiza

Este licor se produce a partir de alcohol etílico de vino y melaza, y de la extracción aromática de plantas a las que se añaden pieles de limón y naranja.

Gin de Menorca

De aquella colonia británica que fue, Menorca conserva todavía algunas costumbres, entre ellas la ginebra. Aunque en el resto del mundo se elabora a base de alcohol de cereales, el gin de Menorca, está elaborado con aguardiente de uva y bayas de enebro.

Frígola

Licor obtenido de las hojas y las flores del tomillo, junto con otras plantas aromáticas que varían según los fabricantes, a las que se añaden sacarosa, agua y alcohol etílico. Este licor puede ser de sabor dulce y color rojo.