Este plato es un clásico de la gastronomía española que destaca por su sencillez y su explosión de sabores aromáticos. A diferencia de su primo murciano (el Conejo al Ajo Cabañil), esta versión se centra en una preparación más rápida y directa, donde el ajo es el protagonista absoluto.Se suele servir caliente, acompañado de pan crujiente para mojar en la salsa, o con patatas asadas o arroz.
Se trocea el conejo, se salpimenta y se dora en una cazuela con aceite junto con los ajos pelados.
Se añaden a continuación las hierbas aromáticas y el vino blanco, y se deja evaporar el alcohol.
Se vierte un poco de agua y se lleva a ebullición a fuego lento durante 45 minutos.
Se rectifica de sal y se espolvorea con perejil picado.
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Notas
El agua o el caldo se vierte a cucharones, a medida que el guiso la necesita, para no añadir demasiada cantidad. Debe controlarse que no se quemen los ajos porque darían un sabor amargo.
El vino
Acompañar de un vino rosado con DO. Yecla, de la variedad monastrell, o de un vino blanco fermentado en barrica con D.O. Rueda, elaborado con verdejo.